Cuando se rompre una relación entre dos personas, para las chicas, que somos muy especiales -no sólo por ser hembras, tener la menstruación y poder dar a luz- hay cosas que dejan de tener sentido.
Por ejemplo, deja de tener sentido mirar el móvil/buzón de mensajes/correo electrónico/buzón al acostarte y al levantarte; hacer las cosas rápidas porque sabes que siempre van a estar esperándote en cualquiera lugar; pasarte el tiempo necesario esperando lo que sea o a quien sea porque sabes que siempre habrá algo o alguien; leerte un libro y querer encontrar esa frase que sabes que va a poner la mayor sonrisa o que va a ser contestada con un gran beso. Y posiblemente cincuenta, setenta, cin o mil cosas más dejan de tener sentido. Pero hay algo que deja de tener sentido completamente y ese algo es tu ropa interior y el que conjunte o no, el por qué no lo sé.
Porque quizá no deje de tener sentido el encontrar una llamada perdida/mensaje/e-mail/carta de cualquiera amigo, conocido o familiar e incluso de movistar al acostarte o levantarte; tener que hacer las cosas rápidas porque llegas tarde o simplemente porque sea tu día de hacer las cosas rápidas para que te de la sensación de que has aprovechado el tiempo; pasarte el tiempo necesario esperando algo o alguien porque o tienes pocas cosas que hacer o existe el 50% de prosibilidades de que suceda algo; leerte un libro no por el hecho de encontrarte algo especial sino porque te han dicho que realmente merece la pena y crees que tus nueronas aumentarán. Y posiblemente cincuenta, setenta, cien o mil cosas más no dejen de tener sentido. Pero tu ropa interior y el que conjunte o no, sí.
Y, por lo que respecta a nosotros, queridos míos, todo lo que somos o lo que podamos llegar a ser no será nunca más que un destello en los ojos de la Señora Tierra.